28.9.13

Libros para pequeños o grandes lectores: colección de poesía infantil de Mágicas Naranjas Ediciones


Mágicas Naranjas Ediciones, editorial argentina, té una col·lecció molt interessant de poesia infantil i juvenil: Libros para pequeños o grandes lectores de poesía. Esta col·lecció esta pensada per a fer de pont entre la poesia de grans autors argentins i els lectors infantils. No són poemes creats per als xiquets, però si versos que per la seua bellesa i contingut seran fàcilment apropiats pels xiquets.

La coordinadora de la col·lecció, Hilda Fernández Oreiro, ens ho explica en la contratapa:

Con mirada curiosa y renovada, nos asomamos a las obras de grandes poetas y descubrimos algunas perlas preciosas que, sin necesidad de traducción, queremos acercarles a los más chicos. Textos sin edad, bellos, sonoros, luminosos.

Porque poesía e infancia habitan un mismo territorio, queremos recrear ese universo mágico y lúdico, donde las palabras se encuentran con las imágenes y los nuevos lectores con los grandes poetas.

Pel seu format podem dir que són àlbum poètics il·lustrats. Cada llibre sols té un poema -de poetes i il·lustradors diferents-, amb un text introductori de l'autor/a adreçat als xiquets. Té pocs títols, però tots molts sabrosos:

-Música amable al fin de Irene Gruss, il. de Cecilia Afonso Esteves
-Peras de María Teresa Andruetto, il. de Florencia Tabbita
-Variaciones de la luz de Diana Bellessi, il. de Pablo Ramirez Arnol
-Azar y necesidad del benteveo de Alicia Genovese, il. de Martín Mykietiw
-Cartas para que la alegría de Arnaldo Calveyra, il. de Martina Fraguela   
 

Us fiquem un tastet: Peras, de Maria Andruetto, premi  Hans Christian Andersen 2012.

Peras
(Maria Teresa Andruetto / Florencia Tabbita)
Había una rosca cubierta
de azúcar, una mesa con el hule
verde y una frutera de vidrio
(por la loneta de las cortinas,el sol
sacaba tornasolados color deajenjo),
y había peras. Recuerdo los cabosrotos
y el punto negro que, en una deellas,
hace el gusano. Sé que las dosteníamos
el pelo corto y unos vestidos
almidonados.
Después algo (quizás el viento)
sonó allá afuera y mi madre dijo
que acababan de pasar
Los Reyes.