8.3.15

Dia de la Dona, 2015: 8 poetesses, 8 poemes / Día de la Mujer, 2015: 8 poetas, 8 poemas


Dia de la Dona: 365 dies de lluita per la igualtat -Anatoly Ivanov, il.-
Volem celebrar aquest 8 de març de 2015, Dia de la Dona, amb 8 poemes de 8 poetesses diferents, cadascuna d'un lloc diferent del món. Versos de dones, paraules en femení que universalitzen la poesia i els sentiments, des de diferents èpoques, en diferents indrets, però en una mateixa veu que clama contra la invisibilitat de la dona.

A totes, feliç i reivindicatiu Dia de la Dona.

Es necesario
revertir el hechizo.

Ese,
que borra a las mujeres
de los libros de historia,
de las esferas de poder,
de las antologías.

Ese,
que las encierra
entre cuatro paredes,
con solo
colocarles un anillo.
(Guisela López, Guatemala)


*

Deseo partir
Peinada de luna
Bajo el cielo errante

Todo mi cuerpo
En este otoño se siente
Crepúsculo en la lluvia

Tomando el fresco
sobre el puente
La luna y yo
Quedamos solas

En mi sombrero
En lejanas montañas
Sonido de hojas
(Tagami Kikusha-Ni, Japó)

*

Mi corazón es ardiente, como abrasador mi sol.
Grande también mi corazón, como África mi gran corazón.
Habitada de un gran corazón, más no puedo amar…
Amar a la tierra, amar a sus hijos.
Ser mujer, más no poder crear;
Crear, no sólo procrear.
Y, mujer africana, luchar.
Todavía luchar, para erguirse antes.
Luchar para borrar la huella de la bota que aplasta.
Señor!…luchar
Contra las prohibiciones, prejuicios, su peso.
Y, sin embargo!…
Seguir siendo Mujer africana, pero ganar la otra.
Crear, no sólo procrear.
Asumir su destino en el destino del mundo

Ndèye Coumba ( Senegal)

La lectura ens fa lliure -il. Antonio López-

Si jo tingués un veler
sortiria a pesca d’albes.
Encalçaria els estels
per posar-me’n arracades

Si jo tingués un veler,
totes les illes i platges
em serien avinents
per al somni i les besades

Si jo tingués un veler,
en cap port faria estada.
El món fora dintre seu,
ai amor, si tu hi anaves.

(Rosa Leveroni, Catalunya-Espanya)

*

Quisiera tener varias sonrisas de recambio
y un vasto repertorio de modos de expresarme. 

O bien con la palabra, o bien con la manera,
buscar el hábil gesto que pudiera escudarme…
Y al igual que en el gesto buscar en la mentira
diferentes disfraces, bien vestir el engaño;
y poder, sin conciencia, ir haciendo a las gentes,
con sutil maniobra, la caricia del daño.
Yo quisiera ¡y no puedo! ser como son los otros,
los que pueblan el mundo y se llaman humanos:
siempre el beso en el labio, ocultando los hechos
y al final… el lavarse tan tranquilo las manos.

(Concha Méndes, Madrid- Espanya)

*

Nací mujer
predestinada
al llanto
desde siempre
bebí palabras
sumergidas en sueños
en mis dos países
hubo muros que
aún quiero derribar
-botar piedras de siglos
no es fácil
para cuatro niñas
de cinco años -
en mis dos países
aprendí a amar
a las de mi piel
de mi voz
de mi cuerpo
de mis lenguas
nunca encontré
mi camino
lo sigo buscando
nací mujer
nací sola
crecí sola
sigo
sola

(Maya Rossana Cú Choc, Guatemala)

La lectura ens dona accés a l'autoformació permanent -il. Charles-Clos Olsommer-

¿Me recuerdas?
Soy la chica
de la piel oscura
y los zapatos gastados.
Soy la chica
con dientes cariados.
Soy la chica
negra de los dientes podridos
con el ojo herido
y la oreja destrozada.
Soy la chica
que sostiene a sus hijos,
cocina sus comidas,
barre sus patios,
lava sus ropas.
Oscura y pudriéndome
y herida, herida.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.
Soy la mujer
con la piel oscura bendecida.
Soy la mujer
con los dientes arreglados.
Soy la mujer
con el ojo sanado,
con la oreja que oye.
Soy la mujer: Oscura,
arreglada, curada,
que te escucha.
Yo daría
a la raza humana
tan sólo esperanza.
Soy la mujer
que ofrece dos flores
con raíces gemelas.
Justicia y Esperanza.
Comencemos.
(Alice Walker, Georgia-USA)

*

La cara de las revolucionarias de 1898
es solamente una cara de la mujer
–Tangdang Sora como una madre y enfermera,
Gabriela Silang en su caballo,
Teresa Magbanua en su uniforme –
una guerrillera furiosa en humo.
Pero había también mujeres de silencio
que día tras día cocinaron, limpiaron,
dieron a luz a infantes,
sufrieron en la noche
como la lluvia cae en la puesta del sol
invisibles en la historia,
soldados de la vida y no de la muerte.
Las filipinas de hoy
son más o menos
las revolucionarias de ayer. 

(Marra Patrícia Lanot, Filipinas)