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29.9.13

Dulcinea, la dama encantada: poesia de Miguel Arteche


Dulcinea, la dama del Quixot, és de vegades la gran oblidada. És lo que no és, és la dama encantada.

La encantada

La encantada, la ofendida,
la trocada y trastocada,
la que a mí me mudaron
como árbol sin hojas,
como sombra sin cuerpo.
Dios sabe si es fantástica o no es fantástica,
si en el Mundo se encuentra o no se encuentra.
La que veo y se esconde,
la que los niños siempre miran,
la que jamás verán los Mercaderes,
la que aparece
y desaparece.
La que conmigo muere
y me desmuere.
La visible,
la invisible
Dulcinea.

La il·lustració és d'Álvaro Reja.

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