Poemes infantils creuen l'Atlàntic per a que els nostres xiquets i xiquetes llisguen versos colombians. Hem descobert la web d'Amparo Jaramillo-Restrepo, mestra i poeta i hem copiat un dels poemes que més ens han agradat. En aquests temps on tot el que s'espatlla es llença a les escombrariess, es substitueix sense miraments, cal recuperar la figura del metge de les joguines.
El hospital de muñecos
Al hospital de muñecos
voy a llevar mi bebita
para que el doctor le arregle
un resorte en su manita.
Agujas, hilo, botones,
pintura, tela, pegantes,
son medicinas secretas
del Doctor Pegalotodo.
Al hospital de muñecos
voy a llevar mi oso panda
pues perdió uno de sus ojos
cuando andaba de parranda.
Al hospital de muñecos
tengo que llevar mi Barby
pues se rompió las narices
cuando jugaba en el parque.
Agujas, lanas, botones,
pasta, pinturas, pegantes,
son medicinas secretas
del Doctor Pegalotodo.
Pero el día en que a Pierrot,
mi payasito español,
se le cayó la cabeza,
el Doctor dijo muy serio:
Se está muriendo de viejo
porque su cuerpo es de caucho,
y mi ciencia pegatódica
no funciona en estos casos
Pobres muñequitos cuando están malitos, un jarabe de sonrisas para los peluches despeluchados. ^^
ResponEliminaBon dilluns, Sàlvia.
En mi casa siempre hemos tenido un hospital de juguetes y mis padres eran los médicos. Ahora me he convertido yo en doctora de muñecos.
ResponEliminaMe ha encantado el post y el poema. Saluditos matutinos y soleados desde Sevilla.
Sonsoles Buenavilla
En Valencia, en una esquina de la calle Caballeros,(A València hi ha un carrer que té geranis i sombres,
ResponEliminahumitats i tenebrors saliva i enteniment. Si voleu saber quin és: el carrer dels Cavallers -Mª del Mar Bonet-) había hace muchos años una famosa "Clínica del bebé" donde un doctor (pegalotodo) arreglaba las muñecas. Muy cerca aún resiste un taller en el que arreglan ollas a presión y cafeteras. Cuando paso con mis alumnos, camino de La Lonja, lo miran como si vieran una nave de extraterrestres.