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30.7.08

Pirata i poeta: solcant la poesia entre els llibres


Y entre líneas un pirata
(Zandra Montañez Carreño, Bogotà-1957)
Hace años, muchos años
y sobre el viejo anaquel,
se encontraba el libro aquel
con muchos cuentos de antaño.

Con una señal marcada,
la página del pirata,
que con casaca escarlata
emprendió dura emboscada.

Quería ver a su amada,
la bruja Marina Puerto
que lo dejó medio tuerto
por ir cortejando a un hada.

Se fue la bruja Marina
con el pirata Merlín
de uno a otro confín,
de la antártica a la China.

Con tibias y calavera
izó bandera el pirata,
porque nadie le arrebata,
una bruja parrandera.

Por el margen se lanzó
hasta un punto seguido
en busca de aquel bandido,
que su bruja le quitó.

Fue tal su desilusión
y su furia tan siniestra
que no pudo hacer la siesta
ni tocar su bandoneón.

Sacó iracundo su espada,
se trepo por los renglones
y vocales a empujones
lanzó contra la portada.

La eñe se le enfrentó
y le dijo: ¡¡bandolero!!
con varias letras te espero
abajo en otro renglón.

Y el pirata barba roja,
el más bravío y valiente,
en el párrafo siguiente
saltaba a la pata coja.

Las consonantes armadas
con varios puntos y comas,
se escondieron tras las lomas
en un cuentico de hadas.

De una página a otra
armó tremendo revuelo
y rompió los espejuelos
de la arañita Carlota.

Asusto a los tres cerditos
al brincar desde el bajel
con ese grito tan cruel:
¡¡¡Qué los aplasto gorditos!!!

Esa pobre viejecita
sin nadita que comer
le dijo: -vamos a ver
¿Capitán qué necesita?-

- Busco a mi bruja Marina
para surcar siete mares,
le he traído estos collares
y una colonia argentina.

- ¿Pero de dónde has llegado?-
preguntó el gato con botas.
Hay que ver lo que alborotas,
que hasta me siento ofuscado.

- He venido de un poema,
de un inmenso galeón
donde toco el bandoneón
y no hay niño que me tema.

Y en una estrofa sin par,
he surcado el mundo entero
en mi temible velero
con buen viento y buena mar.

Todo el libro avasallado
pues nadie sabía nada
de la bruja condenada
que un tal Merlín se ha llevado.

Barba Roja se marchó
con dos puntos y una tilde
y con el hada Cleotilde
que una vez él cortejó.

Con su casaca escarlata
y sus botas de charol,
se embarcó nuestro pirata
hacia un poema de amor.

La il·lustració és d'Alan Clarke.

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